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Contracorriente

Por: La Redaccion Ultimo Diariolunes 10 de marzo de 2014
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Contracorriente

El periodismo es, por definición, crítico, cuestionador, escudriñador.

El gran problema de la sociedad dominicana actual es que esa función crítica solo se concibe en relación a lo que algunos consideran negativo y no, como debería ser, a toda las actividades humanas.

Si Ultimo Diario, en un ejercicio responsable y diferenciador de la función periodística, pone sobre el tapete, el hecho cierto de que, el parque que se propone dentro del proyecto de Arquitectura Urbana y Paisaje de la Puntilla, implica acortar más o menos un tercio del malecón, es decir del boulevar, de la avenida, que bordea el litoral marino de la ciudad, cometemos, para algunos, poco menos que un sacrilegio.

Esto así, porque la obra es considerada necesaria para relanzar el turismo local.

Siendo necesaria y “conveniente”, poco importa que no se cumplan con las normas legales, que no se depositen los planos en el Ayuntamiento local, que no se informe debidamente a la población de los alcances del proyecto, de las modificaciones al proyecto original, etc. etc.

El Ultimo Diario no compartimos esos criterios, nos negamos, con vehemencia, al coro irresponsable que considera que lo importante es que las cosas se hagan, sin importar, ¿Cómo se hacen?

A los que no les importa porqué se han necesitado 5 años desde que se hizo el concurso público para el diseño, hasta el inicio de los trabajos.

A los que no les importa que no se haya dado a conocer los alcances del proyecto y detalles “tan irrelevantes” como  ¿dónde termina el malecón?

Predomina el criterio de quienes entienden que, los que piensan, residen en la capital o en las urbanizaciones, el resto solo nos toca seguir la senda.

Este medio seguirá siendo crítico, seguirá reclamando información y demandando respuestas.

Poco importa que, uno que hace algo más de un año se fotografió sobre la estatua del general Gregorio Luperón, borracho o quien sabe que, nos acuse de sensacionalismo. ¿Sabe alguien donde va esa estatua, por cierto?

En la democracia de la era digital, el borreguismo se fue de paseo, informar, rendir cuentas, dar explicaciones, son imperativos del ejercicio político y del uso de fondos públicos, mientras no vivamos en dictadura.

El miedo parece haber partido de la antigua cárcel donde estuvo Manolo y donde salieron al calvario las hermanas Mirabal. Ahí, en la Puntilla.

Dulces Agustina
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